viernes, 12 de abril de 2013

Héroes MEGO: los madelmanes americanos





































Para alguien como yo, que nació el mismo año que los madelmanes, la infancia fue una época feliz dominada por las distintas colecciones de muñecos articulados que por aquel etonces hacían furor en la España del Tardofranquismo y la posterior Transición. Frente a los diminutos y simples Lego, la representación española de pequeño tamaño estaba en primera línea mundial con los Airgam Boys (catalanes) y las versiones nacionales de los alemanes Cliks (fabricados bajo licencia por Famóbil) y Play-Big (aquí llamados Cefa-Boys). A gran escala, no teníamos rival, con nuestro Geyper-Man, el catalán Big Jim y todos sus amigos, y los ya mencionados Madelman, a los que les daban la réplica los Héroes Mego, unos monigotes yankees de muchísima peor calidad, pero que a mis 8-10 años entonces me tenían fascinado, porque representaban a parsonajes famosos ya fueran históricos, literarios o de ficción, fundamentalmente super-héroes, como los de Marvel o DC Comics...Desde Spiderman a Thor, o Robin Hood y los miembros de su banda, pasando por las figuras de la versión televisiva de 'El planeta de los simios', que entonces ponían en esa Televisión española de canal y medio.

Mego vivó su época dorada de 1972 a 1983, año en que se vio obligada cerrar tras ser barrida del mercado por su competidora Kenner Products tras haber cometido el mayor error de su historia: dejar en manos de su rival la producción de los muñequitos del merchandising de STAR WARS. Los propietarios de Mego no creían que George Lucas podría tener tanto éxito...


30 figuras marcadas con (c)Dargaud y TITO. Existen 3 variantes :

Las de colores mates : verde, azul, rojo, amarillo, naranja y morado, que sólo se encuentran en España y que seguro que son de Dunkin. El sobre era el de la foto, amarillo. La foto de la cole es para mi "vintage", ya que la hice nada mas "terminar" la cole, aunque, como vereis, la figura del enterrador está rota. Me costó bastante (y no he sido el único, je,je,je) consguir uno completo.




En alemania al menos Wikö sacó esta colección. Los colores son los 6 tradicionales de las figuras de chicles alemanas : rojo, amarillo, verde, naranja, azul y lila. Van marcadas igual, pero el plastico no es tan opaco y los colores son satinados, no mates. Estas mismas figuras se pueden encontrar en España, posiblemente hubiera una segunda edición o tal vez el sobrante de Wikö (no hay que olvidar que esta marca era propiedad de Dunkin tambien, como veis que pone por detras del sobre) se vendió en España. Porque el sobre que veis me lo proporcionó Alfonso Molero en Puertollano, procedente se un almacén de kiosko, asi que, tal cual, se vendió en España....


Finalmente en los 90 salieron en el tipico Blister de los chicles Boomer. Yo creo que todas en rojo satinado, al menos yo no las he visto en otros colores.....



FIGURAS PEQUEÑAS DE COMANSI

Estas son las 20 figuras pequeñas que frecuentemente se confunden con las de Dunkin. Los colores son mas fosforitos, no tienen los agujeros de los eyectores en los pies, lo que indica que se hicieron por colada, no tienen marcas. Nunca han sido valoradas porque tienen mala definición y poca calidad, pero en foto muchas veces se las confunde con las Dunkin, aunque en vivo .....¡¡Imposible !!



FIGURAS GRANDES DE COMANSI

Estas son las figuras que han salido en muchos paises del mundo : Francia, Alemania, Portugal, Perú, España....que yo recuerde. En Francia salieron al menos con los Yogures Stenval y La Roche aux Fées y con el detergente OMO. En Alemania con los Chicles Americana, en Portugal con el detergente Azur ....... En España en cambio se vendía la colección completa en un Blister, fabricado por Comansi (aunque el de la foto sea de Novolinea, esta era una segunda marca de Comansi para figuras de Kiosko) . Las figuras españolas van marcadas "jacky" vaya Ud a saber por qué. Las otras únicas figuras del mundo que conozco marcadas con jacky son las de Robin Hood del detergente Bonux.
Las LL de Comansi son en 5 colores : blanco, azul celeste, naranja, amarillo y verde, los dos primeros son exclusivos de Comansi.


Mensaje Dick Furia De Molto Y Coches De Tonka 
 

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El Dick Furia es un muñeco Made in Spain, pero nada que ver con los Madelman, es algo así como una copia cutre de Action Man, a pesar de todo tiene su encanto o quizás sea por eso...

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Lo mejor es que estaban muy bien de precio, aunque no tanto como cuando los vendían en la juguetería de mí barrio…

 que llevaba en la cartera del cole un niño 

febrero 11th, 2013 | Escrito por Jorge Diaz en A Clase
Cartera-cole-Perona
Sabemos que lo de revisar las bolsas ajenas no está bien, pero hoy con el permiso del niño y de sus padres hemos abierto una de aquellas mochilas Perona para comprobar qué es lo que llevaba un niño al cole en los años de la EGB.
No sé vosotros pero en mi cartera no podían faltar varios de estos artículos, por no decir todos. ¿Y en la tuya?

Ceras Manley

Ceras-Manley
Abrir aquella caja de ceras Manley significaba acabar con todas las manos de colores. A nosotros nos encantaban porque sabíamos que eran pinturas de mayores, pero nuestras madres no las podían ni ver. ¿A que todavía recuerdas su olor?

Plastidecor

Plastidecor
Por fin unas pinturas de cera que no manchaban las manos y más fáciles de manejar al tener unas dimensiones similares a los lápices y oras pinturas que ya estábamos acostumbrados a utilizar. Arrasaron en el mercado. Llegaba un momento en el que la única pintura que se veía en esa ventanita troquelada de la caja era la blanca. Yo siempre la dejaba sin estrenar, ¿tú para qué la utilizabas?

Rotuladores Carioca

Rotuladores-Carioca
Entre tú y yo, pintar con rotuladores siempre ha sido más divertido que con ceras ¿o no? Y la caja de 36 rotus de colores de Carioca era un lujazo, la envidia de toda la clase. Eso sí, ni se te ocurría dejarla sola sobre la mesa porque sabías que cuando volvieras alguno iba a faltar. Ahora sí que tenías colores para pintar todo el mundo con todo tipo de matices, hasta el deseado color carne. Se acabaron las personas de color rosa o naranjas.

Estuche Pelikan

Estuche-Pelikan-1
Los había de dos y hasta tres pisos y mecanizados de forma que al pulsar un botón te salía un pequeño compartimento para el sacapuntas, nunca ha existido en el mundo un estuche que mejore a los Pelikan. Eso sí, había tantos compartimentos para rellenar que algunas de las cosas que traían jamás las utilizamos, ni llegamos a saber su utilidad. Todo un misterio.
Estuche-Pelikan-2

Anillas

Anillas-carpeta
Nos adentramos en el maravilloso mundo de las anillas, ni una sola hoja suelta, todas tenían que ir perfectamente agujereadas y con su anilla correspondiente. ¿A que te las acababas poniendo de pendientes en la oreja y en la nariz? No teníamos piercing pero sí anillas.

Refuerzos anillas

pegatas-anillas
Pero las dichosas hojas se acababan rompiendo y saliéndose de las anillas. No importa, ¿para que estaban esas pegatinas circulares llamadas refuerzos? Lo difícil era encontrar una hoja que no hubieras tenido que reforzar con varias pegatas.

Perforador anillas

perforador-anillas
Me pregunto como haríamos los agujeros a las hojas antes de que llegara este aparato y es que os garantizo que me acuerdo perfectamente cuando apareció y supuso toda una revolución. Su nombre no podía ser otro que Perforette y las hojas pasaron de ser de 2 anillas a 6, 8 o incluso 10.

Transfert

Transfert-Plastidecor
¿Viviste la fiebre de los Kalkitos? Un vicio, ¿verdad? te pasabas el día traspasando aquellos personajes de su lamina original a todo tipo de superficies, hasta en el cabecero de la cama aparecieron los animales perhistóricos del Transfert Plastidecor. Más adelante nos pasamos al Letraset.

Laminas Freixas

laminas-Freixas
Con todos los artilugios de dibujo y pintura que llevábamos en nuestras carteras no entiendo porqué hoy en día no somos todos unos artistas. Bueno, en realidad sí lo sé, nos pasábamos el día copiando y calcando las famosas láminas del señor Freixas. Las había absolutamente de todos los temas pero su estilo era tan característico que nunca colaba que aquel dibujo que presentabas había salido de tu imaginación.

Papel de calco

papel-de-calco
El papel de calco siempre bien escondido como la prueba del delito que era y el que diga que nunca lo utilizó miente. Eso sí, parece que aquello estaba controlado por los profes, el dibujo te estaba quedando perfecto y en el último trazo se te manchaba todo el papel de ese azul que no había quien lo borrara. ¿Qué hacemos ahora?

Lo que merendábamos en los 70 y 80, ¿lo has vuelto a probar?

Trinagulos Nocilla
Hoy estamos de celebración, acabamos de superar los 400.000 seguidores en Facebook y estamos tan contentos que os queremos invitar a todos a merendar.
Pero, claro, no podíamos organizar una merendola cualquiera. Vamos a recordar todas aquellas cosas que merendábamos en la época de la EGB y que no sé vosotros, pero yo, al menos, no he vuelto a probar desde entonces. Y si hay algo que no podía faltar en cualquier celebración infantil de aquellos años son los triángulos de Nocilla. Podéis ir cogiendo. Gracias.

Mi Merienda

Mi merienda
Yo recuerdo el Mi Merienda como el primer bollo industrial y hay que reconocer que los de Bimbo tampoco se rompieron mucho la cabeza. Un bollo de pan (que por aquella época llamábamos Bimbollo) y una fina chocolatina de cuatro onzas que estaba buenísima. ¿A que aún recuerdas su sabor?

Paté Apis


No habíamos oído hablar del foie que hoy está tan de moda y en aquella época solo conocíamos el fuagrás. Pero llegó Apis con su paté en aquella pequeña lata azul, que ni tan siquiera tenía abrefácil, y nuestra merienda empezó a alimentar y encima las mamás se ahorraban unas pesetillas. ¿Cuánto costaba la lata?

Tunos

Tunos vino
El primer bollo que venía en pack de dos unidades fue toda una revolución, para compartir con quien tú quisieras o comportarte como un tuno comiéndote los dos. Sí, eran los Tunos de Bimbo y ya solo por el nombre queda muy claro que estamos hablando de otra época, ¿no? Hoy se llamarían Reggetones.

Mortadela con aceituna

Mortadela con aceituna
Los niños nos dividíamos entre los que preferíamos la mortadela sola o los que les gustaba más con aceitunas. Yo no la soportaba, jamás comprendí esa extraña combinación de sabores, algo así como los que eran capaces de comerse un bocadillo de chorizo, jamon york y nocilla todo junto. ¿Que tu eras de esos? vale, me callo.

Bony, Bucanero, Tigretón y Pantera Rosa

Bony Bucanero
Sin duda los pastelitos más míticos de Bimbo fueron el Bony, el Tigretón y la Pantera Rosa, que hoy en día los han vuelto a lanzar, y el Bucanero que se ha quedado olvidado en el camino. Comerte uno era toda una fiesta y aquí también cada uno tenía su favorito. Yo era de Bony con aquella mermelada de fresa, ¿tú?

Pan con chocolate

Bocata chocolate
No hay un bocadillo más sencillo ni ningún otro sabor que nos traslade tanto a aquella época como un trozo de pan con chocolate. No sé muy bien por qué hoy tan difícil encontrar a un niño comiendo este bocadillo y tampoco entiendo por qué yo no lo he vuelto a probar desde entonces. Voy a hacerme uno.

Queso con membrillo

Queso membrillo
Que tu madre te fuera a buscar al cole con un bocadillo de queso con membrillo era todo un castigo y muchos niños nos pasamos toda la infancia maldiciendo al inventor del membrillo. ¿Podía haber algo más dulce?

Letritas

Letritas galleta
Una de aquellas bolsas rojaa con todo el abecedario en forma de letritas de galletas saladas dentro, era suficiente diversión para pasarte la tarde formando palabras y comiéndotelas. ¿Aprenderíamos por eso tan rápido a leer?

Bollycao

Bollycao
Aunque para mítico el Bollycao, pero el primero, el que se le salía el chocolate por todos lados. Y no me vengas con que lo recordamos de otra manera porque eramos pequeños, tu prueba uno de los de ahora y si encuentras el chocolate me lo cuentas.

Grisines

Grisines panrico
No eran más que finas barritas de pan, pero los Grisines fueron durante mucho tiempo la única razón por la que me encantaba ir a la panadería. Muchas veces la panadera tenía una bolsa abierta y regalaba uno a cada niño. Y eso que estábamos en época de baby boom.

Las tapas de los yogures y sus regalos


Corre a la cocina de tu casa. Abre el cajón donde guardáis los cubiertos y busca un tenedor, un cuchillo o una cuchara con el mango rojo. ¿Has encontrado alguno? Si la respuesta es afirmativa está claro (aunque tú no te acuerdes) que en tu casa hubo una época en la que de postre siempre había yogures Yoplait. Por cierto que mítica marca es  Yoplait...¡hay que dedicarle un post!. 

¿Quién no ha guardado tapas de yogures para alguna promoción?

Lo cierto es que he comenzado hablando de los cubiertos porque en mi casa todavía quedan un par de cucharillas de postre con mango rojo que sobreviven a duras penas al paso de los años. 

Quien dice cubiertos, dice vajilla, Airgam Boys...vamos, una larga retahíla de obsequios que a lo largo de los años han utilizado las marcas de yogures y postres en general para que tu madre comprase 'palés enteros' de yogures y los hacinara en el frigorífico. Y claro, con tanto yogur en la nevera la frase 'cómete un yogur que caduca hoy' estaba a la orden del día.

Saltimbanqui DUNKIN

Imagino que todos conocemos el chiste ese que dice:

-Papá, papá... Llévame al circo!
A lo que el padre responde:
-Tranquilo hijo. Quien quiera verte que venga a casa.

Si, vale... lo sé... es viejo, pero... este blog es setentero. No? Juraría que ese chiste debe ser de esa época también, así que aunque se trate de un chiste malo... le sienta bien al blog ;-)

El caso es que con DUNKIN no era necesario que nuestros padres nos llevasen al circo, ni que nadie viniese a casa a vernos hacer el mono. DUNKIN, durante el año 1974 sacó al mercado una de sus más celebradas colecciones y que se convirtió, sin ningún género de dudas, en una estrella kioskera por excelencia que brillaba con luz propia; me refiero a los SALTIMBANQUI DUNKIN. Un sencillo juguete que demuestra que la teoría de que “menos es más” funciona de un modo casi indiscutible. Parece que actualmente los juguetes, para que sean comerciales y gusten a los niños, deben ser transformables, convertibles, sonoros, lumínicos y estar repletos de microchips en su interior que les permitan realizar múltiples funciones tales como: desplazarse solos y evitar obstáculos, responder y obedecer a nuestra voz, subir por las paredes, desviar satélites de su órbita previamente establecida por la NASA, y a ser posible... y ya puestos a pedir... que dichos juguetes hagan los deberes, la declaración de hacienda y las tareas de casa. Un juguete que no consiga eso hoy en día, está perdido y absolutamente condenado al más oscuro ostracismo.

Así parece que piensen los actuales fabricantes de juguetes, y por eso apuestan por cachivaches sofisticados, caros y en la mayoría de los casos poco duraderos. No obstante, DUNKIN partía de una base diametralmente opuesta. La idea era la de crear un producto con tres características fundamentales:

A) El producto en cuestión era una golosina, ya que principalmente, eso era lo que comercializaba la casa fabricante de DUNKIN, GALLINA BLANCA empresa especializada en alimentación y concretamente en caldos y pastas de sobre, pero dicha golosina iría acompañada de un gadged.
B) El producto tenía que ser barato.
C) El gadget/juguete debía ser funcional e incitar a la compra del producto ofreciendo una continuidad.

Todas las colecciones que GALLINA BLANCA lanzó al mercado con su chicle DUNKIN siguieron esa filosofía y todas fueron un rotundo éxito: desde sus primeras “Figuras del ZOO” (1967), las figuritas WARNER de la colección “Conejo de la suerte” (1968), los soldados de la II WW (1969), los muñequitos de ASTERIX (1970), los BEATNIKS (1971), los “Capuchones para lápiz” (1972), LUCKY LUKE (1973), el “Ajedrez” (1973), “Saltimbanquis” (1974), y los “Bustos del Far West” (1975).

Todas ellas se basaban en un atractivo sobre que contenía uno a varios chicles DUNKIN y las preciadas figuritas monocromas que incitaban a comprar nuevos sobres hasta completar las diferentes colecciones.

Los saltimbanquis DUNKIN causaron un especial furor. Cada sobre contenía dos tramos de escalera, un chicle y un saltimbanqui, todo por el módico precio de 5 pesetas. Los tramos de escalera eran de variados colores (creo que ocho distintos) y se empalmaban unos a otros pudiendo llegar a formar una escalera largíiiiisssiiimaaaaa... a través de la cual, el saltimbanqui, descendía dando divertidas volteretas.

Yo creo que no había crío que no tuviese su buen montón de escaleras y saltimbanquis de colores variados. Las horas del recreo eran de intercambio de aquellos colores que tenías muy repetidos por aquellos de los que no tenías tantos. Y que decir del chicle, un lujo para los paladares más exigentes. Los chicles DUNKIN siempre fueron buenísimos.

El tema es que los saltimbanqui DUNKIN de la foto que ilustra esta entrada se tratan de MÍS saltimbanqui DUNKIN. Me los ha vendido Javier y han venido de Madrid para mi colección de baratijas de kiosco.

En un ratito de nada, cuando llegue a casa después del trabajo, veré como mi hijo se aburre soberanamente contemplando como su transformer hace ruiditos y mariconadas; yo, en cambio, me lo pasaré a lo grande con mi saltimbanqui... igual se lo dejo ;-)